Tan sólo con contar con un nombre así, Sonic Jesus ya está un paso adelante de sus colegas emergentes en la neo psicodelia. Y si además este nombre lo respaldan con música tan visceral y denodada como la que han venido ofreciendo en los últimos años, eventualmente irán colándose en las preferencias de los fans de la penumbra y las distorsiones de The Underground Youth, Singapore Sling y Moon Duo (por mencionar sólo algunos).
Pero hay algo que destaca a esta banda italiana de las demás, y es su apuesta mucho más arriesgada hacia los efectos del post-punk ochentero en su oscura fusión, generando así piezas igual de depresivas como bailables; tan densas y pesadas como digeribles y pegadizas. Así es su primer LP, Neither Virtue Nor Anger (Fuzz Club), plagado de góticos teclados, cualquier cantidad de efectos de guitarra, ruido fuzz y unas voces de ultratumba que te hipnotizarán y te harán soñar a blanco y negro:
Sonic Jesus va a estar dentro de lo mejor en el nu-psych/post-punk del año; es una banda que tiene el potencial para dominar el subterráneo mundo de tétrica y ruidosa alternativa, esa que funciona como estupefaciente para dormir en medio del caos.
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