En México tener 15 años significa, entre muchas cosas, no contar legalmente con la mayoría de edad, tener el acceso restringido en los clubes de moda y prohibida la venta de bebidas alcohólicas.

 

Para la mayoría, la adolescencia fue nuestra época del primer amor, de las primeras aventuras alocadas sin plena conciencia, las metidas de pata (aunque esas nunca terminan), la fiesta y el desmadre (no, tampoco terminan) pero para otros, los menos, puede ser también una etapa de auto exploración y de revelaciones artísticas, de desarrollo de aptitudes dentro de la música como es el caso de Daniel Jiménez que a su corta edad y bajo el nombre The Ashtrays ya cuenta con un álbum de larga duración compuesto, ejecutado, producido y grabado en independencia total. Música hecha en casa.

 

Este primer LP homónimo, súper lo-fi, es una muestra sombría de lo que puede surgir del intelecto cuando éste se alimenta particularmente de su sentido auditivo con resonancias del post-punk, el surf pop, un poco de slowcore y mucho del indie sosegado de actos como Beach Fossils, Wild Nothing o The Drums, por mencionar sólo algunos. ¿Lo mejor de todo? Desde luego que su despreocupada y perezosa voz -de alguna forma también madura- que le da toda la actitud que merece a su música en un tono casi sepulcral. Son ocho tracks que no tienen desperdicio al tomarse en cuenta el contexto de su origen; disponibles para escucha (y descarga gratuita) desde Bandcamp:

 

 

El trabajo de guitarra también es una de las armas a presumir por The Ashtrays, siempre ejecutadas en arpegios y requintos crudos, acompañados de constantes teclados y a veces en suave sonido jangly, como se escucha en el tema que cierra el LP, «Your Eyes», sin duda uno de los más interesantes y que no por nada fue elegido por Daniel para divulgarlo con un videoclip a-la DIY:

 

https://www.youtube.com/watch?v=RQ_ZoALiQpw&feature=youtu.be

 

Si esto hace a sus 15 años de edad, no quiero ni pensar lo que le espera a este chico en un futuro a mediano y largo plazo. Las bases ya están construidas, supongo que casi de manera natural; es decir, el atrevimiento, el buen gusto (buenísimo, diría yo) y su virtuosismo están expuestos. Queda mucho recorrido todavía para que más ingredientes lleguen a matizar el proyecto como enriquecedoras colaboraciones, un creciente trabajo de producción, una mayor gama instrumental y, desde luego, la continua defensa de su propia causa. Si todos los chicos adolescentes hubiéramos hecho, hacen o se proponen a hacer lo que Daniel hace, sin duda alguna este mundo sería un mejor lugar para vivir en él.

 

Sigue a The Ashtrays en:

 

Facebook

Bandcamp