Hoy sabemos que Power Pyramid y ShiShi no estuvieron solos el año pasado en el trayecto a las nebulosas nubes del shoegaze crudo y melódico, pues fueron acompañados de una manera más tímida (mediáticamente hablando) por Beach Volleyball.

Esta nueva propuesta londinense (¿de dónde más podría ser?), sacó del baúl el original libro del género y realmente revivió la vieja escuela con un distorsionado, áspero y armonioso sonido que se transmitió en su primer larga duración llamado Broadcast, compuesto por nueve tracks y editado por el sello Spiralchords. Y aunque la banda liderada por Alex Smith se refiere a otras expresiones de la música como el post-punk, post-rock y el dream-pop para describir su trabajo, creemos que en esta ocasión ésas son etiquetas que quedan fuera de todo debate pues hoy en día no podríamos estar hablando de una obra tan más digna del shoegaze en pleno siglo XXI como ésta; con esos surrealistas trémolos y una voz sepulcral que agoniza mientras se desvanece en la niebla. Atención especial con los temas «Witches», «Contack, «Swin/Drift» (¡de lo mejor!), «Laurier Station» y «Power Cuts»: :

Me gusta mucho buscar referencias en este tipo de recomendaciones. No me refiero a hacer comparaciones, sino a buscar bandas similares del presente, no del pasado, para incentivar la búsqueda por las mismas ondas sonoras, por ello pienso en Young Prisms y The Sorry Shop, con un sonido más severo y amargo pero endulzados por esas atmósferas melancólicas y por melodías románticas. Beach Volleyball se vale de esa misma prestidigitación que somete y manipula.

 

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